"Cuando los Santos pasan, Dios pasa con ellos"

Santa Reliquia

Murió el 4 de agosto de 1859, y fue canonizado el 31 de mayo de 1925. Su cuerpo permanece incorrupto aún en la actualidad, y puede ser visto en una urna de cristal.

Al acercarse la beatificación, el 17 de junio de 1904, cuarenta y cinco (45) años después de su partida, fue sacado de la tumba el cuerpo del venerable Vianney. Se vio con agradable sorpresa que los miembros se conservaban íntegros. La piel ennegrecida y las y las carnes secas, pero enteras. Sin embargo, el rostro, a pesar de que se distinguía bien, había experimentado un poco los estragos de la muerte. Con gran alegría, descubrieron que su corazón estaba intacto y pudieron conservar aparte tan preciosa reliquia.

Los sagrados despojos fueron envueltos en cintas y después revestidos con ricos ornamentos: una túnica de muaré blanco, una sotana de muaré negro, un roquete de primorosos encajes y una estola con flores de lis y rosas bordadas en oro.

En los dedos ennegrecidos fueron entrelazados unos rosarios de jaspe.

El rostro fue cubierto con una mascarilla de cera que reproducía las facciones del siervo de Dios. El 2 de abril de 1905, al ser mostrada a los ancianos de Ars que habían conocido al señor Vianney la reliquia de su cuerpo tal como aparece hoy a los ojos de los peregrinos, todos exclamaron derramando lágrimas: “ ¡Ah, es él!”.

El relicario descansa sobre un altar de mármol, debajo de un dosel de piedra labrada sostenido por columnas de cipolino.

Esta, además, flanqueado por dos grandes frescos debidos al arte de Pablo Borel.

(Fuente: “El atractivo de un alma pura” - Francis Trochu)